El cobre es uno de los metales más empleados por el hombre. Conocido desde la prehistoria, como lo comprueban las armas y utensilios hallados a lo largo de la historia, incluso, contando con un papel protagónico en la Edad del Bronce, se le puede encontrar en forma de óxidos como la cuprita, carbonatos como la malaquita, y sulfuro como la calcopirita.
Entre los lugares en donde se puede encontrar destaca Norte América y Argentina, se funde a los 1100º C. Destaca por ser un excelente conductor de calor y de electricidad, razón por la cual suele ser empleado en tuberías para el hogar y también en la fabricación de alambres conductores de electricidad.
La conductividad eléctrica especifica de este material es de 58 MS/m, una de las más altas entre los metales que comúnmente se utilizan, estando solo un poco por debajo de la conductividad eléctrica de la plata. Lo que hace que aproximadamente un 70% de los cobres puros, así como los de baja aleación, sean empleados en la industria de la electrónica, y gracias a su excelente conductividad térmica, se le puede utilizar en la construcción y ensamblaje de aparatos y maquinas.
En la industria de la construcción, el cobre presenta muchas ventajas, entre las que destacan:
- Es fabricado sin costuras, lo que hace que ofrezca una alta resistencia a presiones mucho mayores con espesores pequeños, siendo esta característica ideal para emplearlo en tuberías de cobre para agua o gas.
- Es resistente a la corrosión, y si es cubierto con una capa de óxido de unas pocas micras, su protección frente a este fenómeno es de duración indefinida.
- Es fácilmente manejable, gracias a su ligereza, por lo cual, instalar elementos que sean hechos de este material no requiere de una gran cantidad de operarios, pudiéndose manejar fácil y rápidamente.
- Se pueden unir fácilmente tubos de este material a través de la soldadura.
Por José Manuel Mustafá