La metalurgia, el arte de obtener y tratar los metales para la producción de aleaciones. Sin duda se trata de una actividad industrial de larga data y con importantes antecedentes históricos que se remontan a la antigüedad ¿Quién no ha escuchado de las guerras del bronce o la revolución del hierro? Y es que cuando hablamos de metalurgia, las aplicaciones van desde los usos más simples a los procesos más complejos.
Al hablar de metalurgia, nos referimos a una disciplina de alta complejidad en la que intervienen un gran número de variables a considerar, requiere del apoyo de ciencias como la física, la química y de la práctica de la ingeniería. Se trata de una ciencia aplicada, la metalurgia, por lo que se debe ver más allá de los conocimientos teóricos y es que en la actualidad problemas de antaño como la solidificación o la recristalización de los metales, aún no han sido resueltos en su totalidad. Aún así los avances tecnológicos han permitido dar grandes pasos en este campo y ofrecer soluciones prometedoras.
Muchos expertos considerar que el arte de los metales tuvo su origen en el Oriente Próximo, en las proximidades del río Nilo y es que durante el periodo denominado “La Edad de los Metales” fue cuando iniciaron los principales conocimientos metalúrgicos y sus técnicas de tratamiento para la producción de utensilios y metales. Históricamente La Edad de los Metales se dividió en 3 etapas que correspondían al principal metal que se utilizó:
- Edad del Cobre: Fue uno de los primeros metales usados por el hombre en su estado natural. Data del periodo Neolítico. Inicialmente se manejó la mezcla con el arsénico pero posteriormente apareció la posibilidad de aleación con el estaño que dio lugar a la aparición del bronce.
- Edad del Bronce: Resultado de la aleación del cobre con estaño. Se divide también en varias etapas y se estima que su inicio fue hasta 4000 años antes de cristo.
- Edad de Hierro: Su primera aparición conocida fue hasta el siglo XII antes de Cristo. Fue la forma más avanzada de metalurgia. Su abundancia y dureza, le hizo un bien mucho más deseable que el bronce y acabó sustituyéndole.