Trabajar en la industria del acero es una labor sumamente compleja, pues, demanda un gran profesionalismo y, sobre todo, mucha atención y seguimiento de las normas de seguridad, ya que son muchos los peligros a los cuales se está expuesto. Por esta razón, hoy queremos presentarles algunos de los peligros más comunes de esta área laboral:
Soldadura
La soldadura es una de las actividades más comunes al trabajar con metales, exponiendo a los trabajadores a toxicidad y a fiebre por vapores de metal, según se la composición del material utilizado, como pueden ser los electrodos varillas de níquel o el plasma. Para reducir los peligros, se recomienda una buena ventilación general y el uso de un equipo de protección personal para cuando sea necesario.
Ruido y vibración
Las operaciones de vaciado y limpieza son las que registran mayores niveles de ruido al trabajar en una fundición, siendo incluso más altos en las fundiciones mecanizadas que en las manuales. Incluso, para quienes trabajan en pequeños talleres, también pueden notar que están expuestos a este tipo de elementos. Para minimizar los riesgos de verse afectado por esto se debe emplear equipo de protección personal y también trabajar sobre superficies fonoabsorbentes.
Síndrome de vibración de la mano y el brazo
Usar herramientas vibrantes portátiles pueden causar el fenómeno de Raynaud o síndrome de vibración de la mano y el brazo-HAVS. La frecuencia de vibración crítica para la aparición de este problema está entre 2000 y 3000 revoluciones por minuto y en el intervalo de 40 a 125 Hz. Este trastorno puede asociarse con el síndrome del túnel carpiano y cambios degenerativos en las articulaciones. Para reducir la vibración transmitida a las manos de los trabajadores se recomienda usar herramientas diseñadas para reducir los rangos nocivos de frecuencia y amplitud, además, usar guantes superpuestos o uno aislante y reducir el tiempo al que se está expuesto a este tipo de herramientas mediante cambios en las operaciones de trabajo, herramientas y los períodos de descanso.
Por José Manuel Mustafá[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
